Soy Patricia González, y esta es la historia de cómo algo que parecía una tragedia me llevó a descubrir un camino inesperado de sanación y propósito.
Cuando mi hija tenía apenas cinco años, me dijeron que no iba a hablar, no iba a aprender, no iba a trabajar… que tenía que hacerme la idea de que iba a ser una niña “planta”, desconectada del mundo. Yo no podía aceptar eso. Me dolía la incertidumbre de los médicos, la falta de respuestas, y más aún el techo que me estaban poniendo, sin fundamentos reales. Como mamá, eso me quebró… pero también me hizo despertar.
Yo ya venía estudiando sobre discapacidad y autismo, incluso antes de recibir su diagnóstico. De hecho, cuando hacía un trabajo práctico para un curso de Acompañante Terapéutica, le dije a mi esposo mirándolo a los ojos: “Voy a descubrir lo que es el autismo.” No sabía que Dios ya me estaba preparando para algo mucho más grande. noquiero decir que descubri como una cura o algo milagroso, sino que entnedi la biologia del cuerpo y como nuestro intestino juega un rol importante en nuestras actitudes, y sintomas en muchos diagnosticos que son a niveles neuronales.
Un día, impulsada por mi fe y mi intuición, decidí cambiar todo: empezamos una dieta sin gluten, sin azúcar y sin lácteos. A los pocos días, mi hija empezó a calmarse, a estar más presente… ¡a pensar! Ya no corría sin sentido por toda la casa. En tres meses, aprendió a coser, cocinar, cambiar el pañal de su hermanita… cosas que nadie esperaba de ella. Y yo aprendí algo enorme: que nuestros hijos también nos enseñan, que la experiencia vale más que mil diagnósticos, y que no hay límites cuando hay amor y decisión.
Con el tiempo, sumamos la desparasitación con trementina, magnesio, vitamina C, aceite de coco, y entendí que el cuerpo necesita limpieza tanto como nutrición. Así nació BioDetox: de una mamá que se negó a aceptar un “no se puede”.
Hoy acompaño a otras personas a descubrir ese poder que todos tenemos: el de mejorar, el de elegir, el de volver a empezar.
“Aunque el camino se haga largo, tu constancia tiene testigo: Dios te recompensará.”
